viernes, 19 de junio de 2015

la (inminente) muerte del cartero

























se sentía un poco molesto y decepcionado
después de abrir los ojos y descubrir
que eran solamente perros
quienes le quitaron el poder
de enjuiciar todo lo que ocurría
dentro de las categorías que le fueron dadas
al nacer crecer reproducirse y aproximarse a la muerte:
¿qué es el tiempo si no la memoria que le parecía progresivamente ir perdiendo?
¿qué era el espacio sino el movimiento de las moléculas efervescentes que en su cuerpo
ya no reverberaban?
ahora que los mordiscos de los perros ya no causaban dolor a pesar de separar la carne de su carne
ahora que la agonía había impregnado prematuramente su inminente caída
se sentía preparado para partir en cualquier momento
y le vinieron a la mente dos versículos de la biblia:

8 Todas las cosas son fatigosas, el hombre no puede expresarlas. No se sacia el ojo de ver, ni se cansa el oído de oír. 9 Lo que fue, eso será, y lo que se hizo, eso se hará; no hay nada nuevo bajo el sol.…

desde el destierro del mundo de los vivos y la burocracia de acontecimientos
que lo harían pasar al de los inertes 
se desplazaba y dispensaba de a raciones pequeñas las razones 
que eran coherentes a su historia de vida
pero efimero era el recuerdo al igual que su vida
y la de sus hijos
y los hijos
de sus hijos
que poblarían la tierra
al igual que él, circundándole 
para encontrarse de nuevo
al otro lado del diagrama
con su versión del pasado
que inevitablemente
inminentemente
le reprocharía lo malgastado
del tiempo concedido: ¿y qué es el tiempo?
lo piensa y no lo recuerda 
entonces
se encuentra distendido sobre el espacio
como una masa caótica
cansada de darse forma

era inminente la caída

y el registro de ésta
son recuerdos conservados
en un medio extratemporal 
extraño al cuerpo
que no recuerdo

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